Todas las erres se conjugan.

              Reutilizar

                  Reusar

                             Reciclar

                                      Reparar

                                               Regalar….

      Aún no somos muy conscientes del alcance y de la importancia del uso de cualquiera de una de estas erres en nuestras vivencias diarias. Parece que ya pasó la moda del usar y tirar. Celebrábamos fiestas con platos, vasos y cubiertos de plástico que luego iban a la basura. Ahora parece que vamos rectificando. En ningún evento que se preciara faltaban las botellitas de agua. Algo próximo a desaparecer en lugares que miren al futuro más próximo. Vamos aprendiendo.

   Lo que ocurre es que a veces parece que no vemos el desperdicio generado y por ende el límite de los basureros. Hemos vivido unas décadas en las que la sobreproducción ha desembocado en el consumo ilimitado, sin recapacitar en las repetitivas erres. Las barbaridades se han hecho tan presentes con ejemplos como que reparar un electrodoméstico era más caro que comprar un nuevo producto debido a la fabricación en serie de miles de enseres. Vamos rectificando.  

   La práctica nos lleva por los caminos del uso más habitual de las erres. La utilización del transporte público, siempre que se pueda, contribuye a reducir contaminantes. Sin embargo la compra indiscriminada de productos con un doble e incluso triple envase, frente a la opción del producto mondo y lirondo, es el ejemplo contrario. Tomates que adquirimos en una bandeja que a su vez viene recubierta con un doble plástico nos debería invitar a rechazar esta compra. La reparación de un electrodoméstico o la reutilización de sus piezas para otro uso son senderos de la práctica de las erres.

   Reusar frente a desechar. Reciclar frente a amontonar la basura. Reparar frente a tirar. Regalar frente a guardar. En definitiva repensar y remendar antes de recalar en la inmediatez por consumir. De cara a que no sea sólo un juego de erres, sino un avance en la reducción para mejorar el medioambiente. Menos contaminantes para vivir mejor y ayudar a revertir el cambio climático. Todo ello a pesar del envoltorio en el que vivimos inmersos. Quizá nuestro erre que erre consiga revertirlo, ¿lo crees posible? 

Si quieres leer más artículos —-> Reflexiones

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María Ángeles Martín

Escritora y periodista. Apasionada de las series.

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