La primera temporada de «Atípico», una serie sobre un chico con el síndrome de Asperger, se estrenó el 11 de agosto en Netflix. A través de los primeros ocho episodios de media hora de duración, podemos ver a Sam (Keir Gilchrist), que acaba de cumplir 18 años, intentando descubrir cómo es eso de «conseguir una novia».
El autismo en este caso, un claro síndrome de asperger, es el hilo conductor de la serie en la persona de Sam. Un postadolescente que, bien es verdad que con algunas exageraciones como lo requiere el drama «Atípico» que intenta una y otra vez meterse en su mente, nos conduce hacia su particular mundo.
No es tan difícil, sin embargo, verse reflejado en algunas de las peculiaridades de este joven. Todos, al fin y cabo, somos raros. Cualquiera de nosotros tiene ciertas «singularidades» y quienes estamos al lado de personas con esta particularidad, que parece haberse puesto tan de moda, lo sabemos bien.
Y también sabemos que en la mayoría de los casos, cuando los «aspies» gozan de cierta independencia las supuestas ayudas de Fundaciones, Asociaciones y empresas que preconizan la integración les cortan literalmente las alas, por si acaso se salen de sus casillas.
Sam, además, es un autista de «alto redimiento» como se relata en «Atípico». Y lo que hace y conoce lo ejecuta a la perfección. También tiene «altas carencias» como la empatía, el exceso de sinceridad, verbalizar lo que piensa o repetir hasta la saciedad ciertos gestos o palabras -tics-.
El mundo a su alrededor. «Atípico».
Su madre, interpretada porJennifer Jason Leigh , sufre un vuelco en su vida al sentir que su hijo le pide independencia ya que empieza a necesitarla cada vez menos e intenta llenar ese vacío fuera de casa . Ella ha estado siempre volcada en Sam, ya que incluso su marido –Michael Rapaport-, les abandonó un tiempo al no asumir el síndrome del hijo «Atípico».
Por otra parte, su hermana pequeña –Brigette Lundy-Paine-, que ha sido su sombra durante toda su vida decide tomar otros derroteros y alejarse de su familia para estudiar en el Instituto Clayton.
Julia, Amy Okuda, la psicóloga de Sam juega asimismo un interesante papel en «Atípico». Por un lado porque Sam cree estar enamorado de ella y, en cierta forma, éste le trastoca la vida. Y, por otro, porque a Julia no sólo no le faltan los problemas sino que vemos que tampoco es capaz de solucionarlos con calma. La paradoja de los terapeutas.
Al final parece que el personaje menos centrado, su amigo y compañero de trabajo, es quien le hace comprender el modo de entrar en el mundo de los adultos y de los amoríos, bien es verdad que de un modo un tanto exagerado, como se empieza a descubrir en la juventud. Y también su novia, Paige, armada de paciencia.
Producción de «Atípico»
El mensaje al final es «nadie es normal», uno de los guiños que seguro aporta Michelle Dean, quien trabajó en temas de autismo en su doctorado en la Universidad de California (UCLA), antes de unirse a la producción para ayudar en la elaboración del guión.
Es una producción creada por Robia Rashid y el productor y ganador del premio de la Academia Seth Gordon como productores ejecutivos junto a Mary Rohlich y Jennifer Jason Leigh. La serie es una producción de Sony Pictures Television para Netflix.
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María Ángeles Martín
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La estoy viendo con mi esposa… esta buena, como vos decís y como todas las películas y series que muestran personajes con alguna condición especial de su salud mental está exagerada o mejor dicho, toma al extremo los patrones de conducta de determina clasificación psiquiátrica… también es cierto que la edad va menguando lo actitudinal… por eso cuando la veo me veo yo … pero mas joven… esta buena pero el peligro es que las personas crean que es la reproducción exacta de la totalidad de los Asperger, existiendo una gama muy amplia y algunos con comorbilidades (mi caso es el TDAH) y si el que vio un personaje sin TDAH me ve me dice naaaa (así dicen) no sos y porque vio un personaje con Asperger que era introspectivo cree que todos somos así. Por un lado es bueno que aparezcan series y películas para difundir algo que no está de moda, siempre existió lo que no había era diagnóstico, y que es importante se conozca. Pero por otro lado banaliza una condición o trastorno que a mucho nos ha causado y nos causa sufrimiento. Necesitamos aceptación y no compasión…
Efectivamente Fernando estoy contigo en la importancia de la difusión y en que lo primordial es la necesidad de aceptación y no compasión, como dices, algo que comúnmente casi nadie se para a pensar. Gracias por tu comentario.
a vos!